Siempre me atrapó la mirada el efecto de la luz sobre los campos, permaneciendo en el "tiempo" cambiante, permanente y ligero de elementos que recarguen el espacio, componiendo el paisaje esencial. Con colores infinitos que se diluyen y vibran en la mente, provocando la emoción de tenerlo que plasmar sobre el soporte. Desde muy joven compaginé la pintura con el diseño industrial.
Creo que estamos sobrecargados de imágenes artificiales, que saturan nuestra visión de manera insustancial y no relajan la mente. Esa sensación me llevó
